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~ POR QUE ~
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Gracias. Inclinemos nuestros rostros ahora para orar. Nuestro Padre Celestial, te damos gracias en esta noche por reunirnos otra vez. Noche tras noche, en estos avivamientos, nos reunimos. Y hemos hecho esto, Señor, año tras año; pero el tiempo llegará no sabemos cuándo o dónde, que sabemos que tendremos que reunirnos por última vez, y seremos llamados para responder. Te pido, Padre, que si hay algunos aquí en esta noche que no te conocen como su Salvador, que esta sea la noche en la que ellos hagan preparaciones para que cuando ese llamado venga de ir a lo Alto para pararse en el Juicio, que ellos estén listos para irse, completamente lavados en el Calvario.
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Y, Padre, pedimos por aquellos que están enfermos y afligidos, que están en el edificio en esta noche y otros afuera. Y aquí hay algunos pañuelos puestos aquí y paños, que van a ser llevados a los enfermos y afligidos. Hacemos esto, porque está escrito en la Escritura que ellos tomaban del cuerpo de San Pablo, paños y delantales, y los ponían sobre los enfermos. Espíritus malos salían de la gente, y enfermedades las dejaban. Ahora, sabemos que no somos San Pablo, pero sabemos que Tú todavía eres Jesucristo, el que sanaba a los enfermos.
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Y se nos dice, en una ocasión en la Escritura, que cuando los hijos de Israel iban siguiendo su comisión, yendo directo en la línea del deber, que el Mar Rojo se interpuso en la línea del deber de los hijos de Dios, yendo a una tierra prometida, y Dios miró hacia abajo a través de la Columna de Fuego y el mar se asustó, y abrió un camino, y ellos cruzaron al otro lado en tierra seca. Ahora, Señor, cuando estos pañuelos, los cuales van en la línea del deber, van desde aquí en donde los hijos de Dios están orando, cuando ellos sean puestos sobre los enfermos, que Dios no únicamente mire a través de la Columna de Fuego, sino a través de la Sangre de Su propio Hijo, quien fue azotado y herido por nuestras rebeliones, por Su llaga fuimos curados. Que El mire a través de esa promesa y ese sufrimiento allá en el Calvario, y que toda enfermedad y dolencia retroceda, para que esta gente pueda entrar a la promesa de Dios. âYo deseo sobre todas las cosasâ, dijo el apóstol, âque tú prosperes en saludâ. Concédelo, Padre.
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Mis hermanos están allí, parados al lado de un órgano, que alguna amorosa familia nos dio para tocar la música de Dios. Ellos quieren presentar esto a Ti, Señor, como unâun âservicio públicoâ. Y pedimos, Padre Celestial, que Tú lo bendigas, y que en dondequiera que sea tocado, que la... traiga convicción. Que las manos que lo toquen sean llenas con el Espíritu, y que toque las alabanzas de Sion. Que cause que almas... que nunca dé un sonido incierto, como Pablo dijo: âSi la trompeta da un sonido incierto...â Pero que dé ese sonido cierto de las misericordias y de la gracia de Dios. Bendice a aquellos quienes lo están presentando, todos los que están orando; y en todo que Dios reciba la gloria, pues lo pedimos en el Nombre de Jesús. Amén. Pueden sentarse.
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Hermano David, ¿cruzaste la nieve bien? [El Hermano David contesta: âAménâ, âAménâ, âAménââEd.]. Muy bien. Llamé a casa hace un rato, y oí que cayeron doce pulgadas más [30.48 cm.âTrad.] en Indiana ahora. [El Hermano David dice: âCorrecto. Anoche nevó otra vez, y...â]. Quedémosnos aquí. Eso sería una buena idea. [âYo pienso que el Señor fue bueno con nosotros al enviarnos aquí en esta ocasión para que pudiéramos escapar de todo esoâ]. Yo pienso así también. El es bueno, ¿no lo es? [âAlabado el Señor. Hermano Branham, yo les dije esta noche que Indiana tiene maravillosos Metodistas superintendentes, y ellos van a estar mejor después de esto porque están buscando ahora la plenitud del Espíritu Santoâ]. Amén. Eso está muy bien. Bueno, tomaré el lugar de Ud. en otra ocasión. Yo lo intentaré otra vez. Bueno, eso está mucho muy bien.
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¿Cuántos han leído alguna vez mi librito llamado: âJesucristo, el mismo ayer, hoy, y por los siglosâ? Algunos de los de antaño. Yo mismo lo escribí. Es un desorden, pero si Uds. sólo lo juntan, el Señor se los puede revelar a Uds. ¿Se fijaron Uds. allí, que yo vi a una mujer viniendo con un... lo que había sido un vestido blanco? Y estaba completamente manchado, y en su frente estaba escrito: âSrita. Metodista Wesleyanaâ. Y yo dije: â¿Qué es lo que pasa con ese hermoso vestido, todo manchado?â Esa fue una visión. Ella dijo: âBueno, yo he....â Yo dije: âUd. Metodista no lo debía tener de esa maneraâ. Y dijo: âBueno, yo he estado tan ocupadaâ. Yo dije: âSí, y con tantas sociedades, al grado que Ud. ha dejado todas las reuniones antiguas de oración, y dejado la sanidad Divina, el poder de Dios que pertenece en la iglesia Metodistaâ. Ella dijo: âSi Ud. habla de esa manera, yo iré a despertar a mi esposoâ. Y ella fue y tomó un azadón, y empezó a escarbar en una tumba, que decía: âJuan Wesleyâ. Y la visión me dejó. Algún día, la iglesia Metodista va a tener un avivamiento. Yo creo eso. Así que Hermano David, eso pudiera estar exactamente en línea. Uno de los grandes hombres vino recientemente, estuvo en un motel allá en mi ciudad, por varios días; estaba escribiendo una tesis sobre sanidad Divina para la iglesia Metodista, y que iba a ir por toda laâpor toda la organización de laâde la iglesia Metodista.
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Ahora, jueves, viernes, sábado, y domingo; ahora, el sábado en la mañana es el desayuno de Los Hombres de Negocio. Es... Me imagino que ya lo han anunciado, y se llevará a cabo, si es la voluntad del Señor, y ellos les dirán a Uds. el viernes en la noche, detalladamente, me imagino, si está todo listo. Hasta dónde Ud. sabe, Hermano Williams, ¿dónde será...? ¿Correcto? Correcto, para nuestro desayuno el sábado en la mañana. El Hermano David duPlessis, no sólo porque él está sentado aquí, pero yo nunca lo he oído enseñar, sino únicamente en cinta, porque aunque estamos cerca uno del otro, estamos juntos, pero estamos en diferentes partes de la reunión. Y así que al Hermano David, yo lo he oído en las cintas y cosas provenientes del Templo Angelus, y en los lugares en donde hemos estado. Yo pienso que es uno de los más grandes maestros que yo conozco sobre el mensaje hoy en día; y él está teniendo servicios en laâen la Onceava y Garfield, cada mañana a las diez, creo yo. Y si Uds. nunca lo han oído enseñar, sin duda alguna les aconsejaría que fueran y lo oyeran. Los hermanos me dicen, respecto a las grabaciones (les voy a decir cuántas son), creo que han vendido (ahora, pueda que esté equivocado en esto), yo quiero decir, diez de mis cintas y noventa de las de él. Así que Uds. saben adónde se está dirigiendo. Así que es un... El tiene un gran ministerio enseñando. Así que apreciaríamos que Uds. fueran y escucharan al Hermano David.
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Ahora, en esta noche quisiera que Uds. abrieran las Escrituras sólo por un corto momento, en el Libro de Jeremías, el capítulo 8; y leamos los versículos 20, 21, y 22 del capítulo 8 del profeta Jeremías. Pasó la siega, terminó el verano, y nosotros no hemos sido salvos. Quebrantado estoy por el quebrantamiento de la hija de mi pueblo; entenebrecido estoy, espan-... espanto me ha arrebatado. ¿No hay bálsamo en Galaad? ¿No hay allí médico? ¿Por qué, pues, no hubo medicina para la hija de mi pueblo? Me gustaría tomar un tema y llamarlo: â¿Por qué?â Como Uds. saben, Dios es tan bueno con nosotros que nos hace un camino para escapar el peligro, y cuando no aceptamos ese camino, entonces Dios pregunta: â¿Por qué?â Yo pienso que El tiene derecho de preguntar: â¿Por qué?â Porque El ha tomado mucho cuidado en hacer este camino para nuestro bien y presentarlo delante de nosotros, y luego nosotros damos la media vuelta y lo rehusamos. El tiene derecho de preguntarnos: â¿Por qué?â ¿Por qué lo hicimos? En su lugar, nosotros tratamos de hacer un camino propio. Pero los hombres están inclinados a hacer sus propios caminos; él probó eso en el huerto del Edén. El mismo se hizo un delantal de hoja de higuera. Y el hombre siempre ha tratado deâde proyectar sus propias ideas con las de Dios, y hacer que la idea de Dios llegue a su idea. Pero nosotros no debemos hacer eso, debemos tomar el camino provisto de Dios, y no hacer preguntas al respecto. Sólo seguir y hacerlo y vivirlo de la manera que Dios lo hizo. Pues después de todo, El sabe lo que es mejor.
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En una ocasión, el Hermano duPlessis y yo estábamos hablando (hace algún tiempo), tocante al liderazgo del Espíritu Santo. Y él me dijo una palabra que se quedó en mí como un... algo creció alrededor de mí. El dijo: âHermano Branham, yo siempre lo he visto de esta manera: que si yo solo permito que me guíe el Espíritu Santo, sin tener nada qué pensar; si El me guía contrario a lo que yo estoy pensando, sólo permitirle que El lo guíe a uno, y ser sencillo en eso; sólo seguir al Espíritu Santo, y siempre resulta bienâ. Entonces yo pensé: âHermano duPlessis, somos hermanos del mismo plumaje, pues esa es exactamente la manera que me gusta: permitir que guíe el Espíritu Santo, porque es el Agente provisto de Dios para guiarnosâ.
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Ahora, Dios hace unâunâun camino para... de escape, hace un camino para la salvación, hace un camino para la sanidad, todas estas cosas, y luego seguimos adelante; El pregunta: â¿Por qué?â En una ocasión en la Biblia, allí en el Libro de los Reyes, había un hombre que era rey sobre Israel. Y él era un hombre malo, el hijo de Acab, y sus antecedentes habían sido malos para empezar. Y su vida, hoy en día, reflejará en sus hijos. Uds. deben recordar eso. Hace unos cuantos días, Demas [âDimasââTrad.] Shakarian me llamó, y él dijo: âHermano Branham...â Estábamos hablando tocante al pequeño José, sentado aquí en algún lugar en esta noche, mi hijo pequeño. Y seis años antes que él naciera, yo lo vi en una visión. Ya teníamos una niñita, y ella tuvo que nacer por cesárea debido a la salud de mi esposa. Y así que, el doctor dijo que ella no podía tener más hijos, dijo que allí había terminado. Y luego, yo dije: âHabrá otroâ. El dijo: âEllos... yo... sencillamente no puede ser, Sr. Branhamâ. Dijo: âUd. va a matar a su esposaâ. Y yo dije: âPero doctor, el Señor me prometió un hijo, y se va a llamar Joséâ. Unos dos años después de eso, supimos que íbamos a tener un bebé en nuestra casa. Y algunos de ellos me preguntaron: â¿Es ese José?â Yo dije: âYo no séâ. Y cuando nació, fue una niñita. Y miren, ¡qué si me ridiculizaron! Ellos dijeron: âUd. quiso decir Josefinaâ. Y yo dije: âNo, yo quise decir Joséâ. El doctor dijo: âMire: es imposible que ella tenga otroâ. Yo dije: âOh, no. Ella tendrá otro. Ella va a tener otro bebé, y va ser Joséâ. Y luego, cuando... cuatro años después, ella iba a ser madre otra vez. Y ellos dijeron: â¿Es este José?â Yo dije: âYo no sé, pero José va a llegarâ. Así que esa mañana, vino la enfermera y me trajo... dijo: â¿Quiénâquién es el Reverendo Branham?â Yo dije: âYo soyâ. Ella dijo: âReverendo Branham: Ud. tiene un hermoso muchacho de siete libras y tres onzas [3.3 kg.âTrad.]â. Yo dije: âJosé: te has tardado mucho tiempo para llegar aquí, cariño. Tu papi está contento de verteâ. Y así que.... Ella dijo: âUd. lo llamó Joséâ. Yo dije: âEl Señor me dijo que lo llamara así, hace seis añosâ.
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Demas me preguntó, él dijo: âHermano Branham: ¿ven visiones sus niños?â Yo dije: âJosé ya ha visto visionesâ. Como unas seis semanas antes que sucediera, él vio al muchacho vecino caerse en una motocicleta, y nos dijo exactamente cuánto él se iba a raspar, cuál pierna sería. Nosotros pensamos que el pequeñito había soñado un sueño, pero él no había soñado. Y el muchacho cayó en el lugar que él dijo, se raspó su pierna de la misma manera, tan perfecto como podía ser, y el niño tiene tres años de edad. ¿Ven? Se refleja.
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Pablo le dijo a Timoteo que despertara el don que estaba en él, que provenía de su abuela, Loida. Nos damos cuenta que en el capítulo 7 de Hebreos, Pablo hablando sobre el pagar diezmos, que él dijo que Leví, quien tenía una orden de Dios para recibir diezmos de sus hermanos, pagó diezmos, pues él todavía estaba en los lomos de Abraham cuando él se encontró con Melquisedec, quien era su tatarabuelo. Y le fue contado a él como el pagar diezmos. Su vida marcará a sus hijos, y tendrá influencia en sus hijos por medio del ejemplo que Uds. les pongan delante de ellos. Y yo pienso que es una buena cosa que pongamos todo esfuerzo que podamos poner para ser padres piadosos delante de nuestros hijos. Poner un ejemplo, ser un ejemplo.
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Y este hombre había tenido un padre tibio en el Evangelio y una madre incrédula, o mejor dicho, una madre pagana. Y él no podía ser mucho para empezar. Y él llegó a ser rey por medio de los derechos. Y un día él iba caminando, y se cayó por la ventana en su casa, se cayó del porche, y se enfermó, y se iba a morir, él pensó. Así que siendo un israelita y rey sobre Israel, él envió a dos de sus siervos de confianza a Ecrón para darse cuenta y consultar a Baal-zebub, el dios de allá, si él iba a sanar o no. Como Uds. ven, aun un hombre cuando él está en unaâuna condición así, hay Algo en el ser humano que le permite saber a él que hay Algo sobrenatural en alguna parte. Hay Algo en alguna parte que él puede tocar. Ahora, él no debió haber hecho eso, pero él pensó que nadie sabría al respecto sino sólo estos dos hombres. Pero en alguna parte, allá en una choza de adobe en el bosque, Dios le habló al profeta Elías. El dijo: âSube y párate en el camino, y cuando estos soldados pasen, hazles la pregunta: â¿No hay Dios en Israel? ¿No hay profeta en Israel que tú pudieras consultar, que has tenido que enviar para consultar a Baal-zebub?ââ
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¡Qué reproche sobre la nación! Y qué reproche es sobre la nación hoy en día, el darnos cuenta que algunas veces personas quienes ellas mismas se llaman Cristianas, acuden a la ouija [tablero alfabético usado en espiritismo; se pronuncia âuijaââTrad.], y a sesiones espiritistas, y a toda clase de tonterías como ésas, y suertes, y diciéndoles suertes y cosas así, lo cual es del diablo. ¿Es porque no hay Dios en el Cielo? ¿Es porque El no tiene profetas en Su Iglesia? ¿Es porque nosotros no tenemos dones y revelaciones e interpretaciones en la iglesia para consultar a Dios? ¿Por qué tendríamos que ir a tal cosa degradada y baja como ésa? Nosotros... Dios nos va a preguntar: â¿Por qué? ¿Por qué?â
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Ahora, no fue porque no había un Dios en Israel. No fue porque El no tenía un profeta. Pero fue por las propias maneras obstinadas y de maldad del rey que lo hizo. Y no es hoy en día, que la gente americana concurre a sesiones espiritistas, yây a cosas que ha poseído el diablo como eso de consultar el futuro, no es porque nosotros no tenemos una Iglesia que tiene a Dios en Ella; son sus propias maneras obstinadas. Ellos no quieren asociarse con esa clase de gente. Esa es la misma cosa: este rey no quería asociarse con Elías, porque Elías siempre le reclamaba su pecado. Algunas veces es duro servir a Dios. Unicamente hay una cosa qué hacer: ésa es venir a la línea de la plomada. Obrar como se debe con Dios. Dejar pasar sus propios pensamientos, porque Dios algún día va a pedir una razón para estas cosas. Y cuando a nosotros se nos pida dar una razón, entonces ¿qué vamos a contestar?
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Miren. Entonces fue por su propia manera obstinada, que él no quisoâ quiso tener ningún compañerismo con este piadoso profeta. Sin embargo él era un israelita. El estaba en la línea paraâpara tener una bendición de Dios sobre él. Y estaba bajo la bendición debido a su primogenitura, por ser un israelita, pero sin embargo, rehusó aceptar la manera de Dios y se fue de alguna otra manera. Dios nos va a preguntar a nosotros en el Día del Juicio: â¿Por qué no recibiste el Espíritu Santo? ¿Por qué no naciste del Espíritu? ¿Por qué no lo hiciste de esta manera y de esa manera? ¿Fue porque no tenías ninguna iglesia que lo enseñara? ¿Fue porque no había un predicador en la tierra que predicara el Bautismo del Espíritu Santo? ¿Por qué hiciste estas cosas?â Cuando Dios ha hecho una provisión, y esa gente rehúsa caminar en ella, entonces El va a preguntar: â¿Por qué?â
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Es como un hombre muriéndose en los peldaños de la puerta del doctor, porque él no se toma su medicina. El doctor tiene la prescripción; él tiene el remedio para la enfermedad que tiene el hombre. Pero él se sienta en el peldaño de la puerta del doctor y rehúsa tomarse su medicina, y entonces se muere en el peldaño de su puerta. No es porque el doctor no tenía la prescripción. No es porque no había medicina para su enfermedad, sino que fue debido a la propia obstinación del hombre de rehusar tomarse la medicina del doctor, y él muere. Así que Uds. no pueden culpar la medicina o al doctor, porque ambos estaban allí listos para servicio, pero fue el hombre quien la rehusó. Y Dios tiene el Espíritu Santo en esta noche para cada creyente que quiera recibirlo. Nosotros tenemos predicadores ungidos en la nación que lo predican todos los días y todas las noches. Pero es la propia manera obstinada de la gente, que ella ama mejor las tinieblas que la Luz, que prefiere vivir en el mundo que caminar en la Luz del Evangelio. ¡Oh, Uds. personas!, Uds. no saben qué placer es caminar en la Luz, la Luz del Señor Jesús, tener compañerismo con El. Es gloria Divina tener compañerismo con el Espíritu Santo.
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Ahora, Uds. no pueden tener compañerismo con el mundo y con el Espíritu Santo al mismo tiempo. Uds. tienen que abstenerse de las cosas del mundo, vivir limpios, honorables, rectos, y santos; entonces el Espíritu Santo morará en Uds., y obrará en Uds. y hará milagros por medio de Uds., y los sanará, les dará gozo, paz, y amor, y longanimidad, bondad, mansedumbre, macie-... paciencia, y fe, si Uds. caminan en el camino de Dios; hay abundancia de Espíritu Santo. Yo con frecuencia me he preguntado por qué la gente quiere tomar un substituto para la salvación, cuando los cielos están llenos de lo real. ¿Por qué tiene Ud. que comer de un bote de basura cuando una mesa hermosa y limpia está servida y lista para Ud.? Eso muestra que hay algo mal mentalmente. Yo pienso que ese es el problema con la nación hoy en día. Yo pienso que cuando unaâuna persona rehúsa recibir a Cristo (el Espíritu Santo), en su corazón para caminar, y para dejar que lo guíe como El lo hizo en el Libro de los Hechos, hay algo mal mentalmente con esa persona. Yo lo creo.
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Ahora, ellos dicen: âMucha religión hará que Uds. se vuelvan locosâ. Mucho de la cosa mala hará que Uds. se vuelvan locos. Pero la religión de Jesucristo, si Uds. están locos, los vuelve a su mente cabal. ¿Ven? Uds. no están en sus cabales hasta que nazcan de nuevo. Uds. no están mentalmente cabales hasta que hayan nacido de nuevo. Un hombre no está en su condición correcta hasta que él nazca de nuevo. El es una bestia en su corazón, hasta que él haya nacido del Espíritu de Dios, y el espíritu de su naturaleza es sacado de él, y el Espíritu de Dios toma el lugar de aquél para gobernar, quien lo guía y lo dirige a él a toda Verdad y Luz. Correcto. Y si un hombre no hace eso, sabiendo que sin eso él está destinado al infierno, algo está mal en su mente. ¿Por qué no lo recibe la gente? ¿Por qué? Si pusiéramos el... un rodeo en la ciudad, quizás haya aquí en esta ciudad de Phoenix (me supongo), medio millón de gente o quizás más (yo no sé la población), pero un... una tercera parte o más de la población vendría y pagaría cinco dólares el boleto para entrar. Lo cual está bien, si Uds. quieren ir. Luego si pusiéramos aquí a alguna estrella de televisión con una fiesta de rock-androll, yo diría que casi cincuenta por ciento de Phoenix iría.
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Y luego, pongamos aquí una reunión del Evangelio, en donde viene Jesucristo con Su Presencia con todos nosotros, para bendecirnos, y para mostrarnos y probarnos por medio de Su Palabra que El es el Hijo de Dios resucitado, y sólo conseguimos un puñado de la ciudad. Pero, ¿qué es? âNinguno puede venir a Mí, si Mi Padre no le trajere primeroâ. Yo creo que es lo mejor de lo mejor, el elegido. âMis ovejas oyen Mi voz, y al extraño no lo siguenâ. Depende de lo que está adentro de Uds. atrayéndolos, moviéndolos. Es el elegido al que Dios siempre le habla y le envía Su Mensaje. Ahora, algún día a Uds. se les va a preguntar: â¿Por qué? ¿Por qué tú no lo hiciste? ¿Fue porque no hubo reuniones en Phoenix? ¿Fue porque el Espíritu Santo no fue predicado en Phoenix en esta generaciónâ, cuando se llegue el Juicio?, se les preguntará. Bueno, vamos a tener que pararnos allá. Cada uno de nosotros se parará allá, y dará cuenta; y Phoenix se va a quedar descubierto, porque hay muchas, muchas iglesias aquí predicando el Evangelio, el Bautismo del Espíritu Santo, orando por los enfermos.
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âBuenoâ, Uds. dicen: âNosotros hemos tenido mucho de...â A mí no me interesa lo que Uds. hayan tenido. Seguramente que Uds. tienen suficiente discernimiento para saber lo que está bien y mal por medio de la Palabra. ¿Ven? Observen la Palabra. Ahora, si el hombre yace en el peldaño de la puerta del doctor, y muere allí porque él rehúsa tomarse la medicina del doctor... Ahora, si no hay medicina allí, eso es diferente. Pero si hay medicina allí, y un doctor quien sabe cómo darla, entonces si muere el hombre de su enfermedad, no es culpa del doctor, ni tampoco es culpa de la medicina. Es la propia culpa del hombre si él muere. El no tiene que morir.
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Ahora, en medicina, algunas veces... Hubo un tiempo cuando no había toxina para la fiebre tifoidea. No había... Recientemente ellos obtuvieron la vacuna Salk para losâpara los niños, para laâla polio. Hubo un tiempo en el que ellos no la tenían. Ellos ahora la tienen. Hubo un tiempo en el que no había inoculación para laâla fiebre tifoidea, yây vacunas para el tétano, y la tifoidea, no las tenían. Pero ahora las tenemos. Y ahora, hubo un tiempo cuando la toxina de Dios no era muy buena. Estaba bien, pero no era perfecta. Pero ahora ha cambiado; ahora es perfecta. Ahora, ¿por qué...? ¿Cómo encuentran ellos la medicina? ¿Cómo se dan cuenta de un remedio, cómo dar la medicina? La primera cosa, ellos la llevan a los laboratorios y empiezan a mezclar diferentes químicos, y ellos llegan a una conclusión, que esta cosa, probada en contra de un cierto germen, que mata el germen, y que deja que viva el germen bueno de vida. Algunas veces, mata a los antibióticos y demás, destruye algunos de los buenos gérmenes, el bueno y el malo. Pero por lo general, es probado para matar al germen malo de su cuerpo. Y luego, allí... la siguiente cosa que hacen, ellos toman a un conejillo de Indias, e inyectan este suero en el conejillo de Indias, para... le dan la enfermedad, y ven cómo actúa en el cuerpo de un conejillo de Indias. Si el conejillo de Indias sobrevive, entonces ellos le dan el suero a Uds. Y ahora, toda la gente... no suerte efecto en toda la gente, porque algunas veces ellos pueden darle a Uds. una... Como una dosis de penicilina: ayudará a uno y matará al siguiente que se le da. Uds.âUds. tienen que tomar el riesgo en eso, cuando están tomando medicina, porque no es perfecta.
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Pero yo quiero decir en esta noche que el Bálsamo de Dios, el Espíritu Santo, no es âa la buena de Diosâ, o âal azarâ, es perfecto. Es bueno para todos. Es un Bálsamo de Dios, el Bálsamo de Galaad. Está allí para todo enfermo... toda alma enferma de pecado. Ahora, ellos dicen hoy en día que la enfermedad número uno que mata más en América, es el problema del corazón. Yo no estoy de acuerdo con ellos; la enfermedad número uno que mata más en América hoy en día, es el pecado; no el problema del corazón, sino la enfermedad del alma. Den-... dentro del corazón, el alma que está dentro del corazón, ése es el enemigo número uno. Nosotros tenemos tanta gente así. Yo las oigo decir: âHermano Branham, yo quiero vivir bienâ. Me han dicho jovencitas, y jovencitos, y gente anciana: âYo quiero vivir bien, pero sencillamente no puedo evitar de beber. Sencillamente yo no puedo evitar de cometer lujuria. Yo sencillamente no puedo apartarme de esos lugaresâ. Solamente hay una cosa: Uds. no han probado el Bálsamo. Cuando Uds. toman este Bálsamo de Galaad, el Bálsamo de Dios, los inocula a Uds. de todo pecado y las cosas del mundo. Pone tal amor de Dios en su corazón, al grado que las cosas del mundo llegan a estar muertas para Uds. Seguramente que sí. Es el gran Bálsamo de Galaad. Es el Bálsamo de... el Bálsamo de la sanidad de Dios.
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Uds. dicen: âYoâyo quisiera que pudieraâ. Bueno, Uds. pueden; hay bastante de Ello. Tenemos los cielos llenos de Ello. Tenemos predicadores por toda la nación predicándolo. Tenemos gente por toda la nación siendo inoculada por El, y el problema del pecado los deja, porque ellos reciben la inoculación de Dios. Que pecadores, borrachos, apostadores, gángsteres, contrabandistas, prostitutas, y todos ellos, vienen al Calvario y sonâson inoculados con el Bálsamo de la gloria de Dios, y de Su poder, y la pregunta del pecado es concluida para siempre. âEl que oye Mis Palabras, y cree en El que me envió, tiene Vida Eterna, y no vendrá a condenación, sino que ha pasado de muerte a Vidaâ, porque él ha sido inoculado con el Espíritu de Dios que mata las cosas del mundo y lo hace a él una nueva criatura en Cristo Jesús. Una nueva creación, él es inoculado. Todo las cosas viejas pasan; entra una nueva Vida, entra un nuevo deseo. Y si Uds. no han recibido eso: âEl que no naciere de nuevo, no verá el Reino de Diosâ. Y entonces en el Día del Juicio, al mundo se le va a pedir una razón: â¿Por qué no lo recibiste?â
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Así como la gente se está muriendo en el peldaño de la puerta del doctor, hombres y mujeres hoy se están muriendo en las bancas de la iglesia. Los pecadores llegan al punto, como los creyentes fronterizos. Hombres y mujeres muriéndose en las bancas de la iglesia, y yéndose a la eternidad para encontrarse con Dios sin esperanza. No es porque el Evangelio no es predicado; no es porque no hay suficiente Bálsamo para ellos; es porque ellos rehusaron tomar el Bálsamo. Ellos rehusaron tomarse la medicina del doctor, el nuevo nacimiento. Como yo dije la otra noche: âEl nuevo nacimiento es un desorden sucioâ. A mí no me importa en dónde Ud. vaya a tenerlo, es un desorden sucio, cualquier nacimiento lo es; es un desorden sucio. Y el nuevo nacimiento es un desorden sucio. Los hace a Uds. hacer cosas que nunca pensaron que Uds. las harían.
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Yo recuerdo que en una ocasión yo estaba predicando en mi tabernáculo, hace años, y había allí... cuando la... Yo pertenecía a la iglesia Misionera Bautista, y en la Primera iglesia Bautista que estaba en el centro, el maestro de la escuela dominical estaba allí parado afuera. Y yo siempre creí en santidad. Yo creo que un hombre, si él es nacido del Espíritu de Dios, y guiado por el Espíritu Santo, él vivirá correctamente. El tiene que hacerlo, porque la Vida de Dios está dentro de él. Y entonces este hombrecito era el maestro de ellos de la escuela dominical, y nosotros no creíamos... Nuestraânuestra iglesia no tenía ningún equipo de béisbol. Ellos sí tenían allá, porque los convertían al jugar béisbol el domingo, y cosas, y nosotros no creíamos en eso. Así que este hombre dijo: âBilly, yo fui a oírte la otra nocheâ. Yo dije: â¿Sí? No lo vi a Ud.â El dijo: âOh, yo fui; me paré afueraâ. Dijo: âHabía una gran multitud adentro, y yo no quería pararme adentroâ. Dijo: âMe paré afuera, pero...â Dijo: âAprecié tu mensaje, pero yoâyo sencillamente no podía entender lo que estabas diciendo, porque una mujer se levantó allá atrás y empezó a llorar, corrió al frente, al altar con sus manos levantadas, llorandoâ. Dijo: âYo no oí la última parte de tu mensajeâ. Dijo: âY esa mujer empezó a llorarâ. Ella dijo: âYoâyo sentí...â El dijo: âYo sentí como que casi me helaba de muerteâ. Yo dije: âHermano, más vale que cambie completamente. Si Ud. alguna vez llega al Cielo, de cierto se âhelará de muerteâ Allá arriba, porque van a haber bastantes gritos y aclamaciones Allá arribaâ. Y él dijo: â¿No piensas que eso es emoción?â Yo dije: âSeñor, cualquier cosa sin emoción, científicamente está muerta. Y cualquier iglesia o cualquier persona que es nacida del Espíritu Santo, dice Dios, que no tiene una poquita de emoción en ellas, están muertasâ.
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Observen cuando nace un bebé: si no llora, si no gimotea, si no lloriquea, ¿cuál es el problema de ese bebé? Nació muerto. Ese es el problema con los miembros de iglesia en esta noche, con muchos miembros de iglesia: nacen muertos. ¿Qué hace el doctor para traer vida al pequeño bebé? Lo sujeta de los talones, y le da una pequeña estimulación protoplasmática (correcto), tan fuerte como puede nalguearlo hasta que él da un chillido. Lo que la iglesia necesita en esta noche es una buena nalgada chapada a la antigua enviada de Dios para ella, que la reviva otra vez, que sacuda la vida dentro de ella. Eso es lo que necesita la iglesia. Cuando un nacimiento viene, viene lloro, vienen babas, y... sencillamente suceden muchas cosas cuando viene el nacimiento. Pero la gente no quiere eso; ellos piensan que ellos son muy elegantes, muy almidonados para recibirlo. Y Dios va a preguntarles: â¿Por qué?â
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Una persona que recibe una educación de escuela primaria, se pone un sombrero de lado, y se pone un traje de cincuenta dólares, y sale allí pensando que Ud. es algo, recuerde: Ud. nació de igual manera que nació cualquier otro. Ud. tuvo el mismo nacimiento sucio que cualquier otro tuvo. Permítame decirle: Ud. de todas maneras no es nada para empezar. Y entonces si... la única manera que alguna vez saldrá de esa condición es nacer de nuevo por medio del Espíritu de Dios, y le hace algo a Ud., que lo hace subir a las alturas entre las águilas, porque ha renacido. Y Dios le va a preguntar a Ud.: â¿Por qué no lo recibiste? ¿Cuál fue el problema? ¿Cuál fue la causa?â Bueno, no va a ser porque Ud. dice: âYo nunca lo oí que se predicóâ, porque lo ha oído. Si Ud. no iba a la iglesia, Ud. lo oyó en la radio en alguna ocasión; lo ve en los periódicos, en folletos en la calle. Ud. lo ha oído. Dios va a decir: â¿Por qué no lo hiciste? ¿Por qué? Yo abrí el camino. Yo envié a Mis hombres. Yo envié a Mis apóstoles. Yo envié a Mis profetas. Yo envié Mi Espíritu Santo. Yo mostré señales y prodigios. Yo probé por medio de estas operaciones de estos dones, y por medio de la predicación del Evangelio, a través de la Biblia, que ése fui Yo. Ahora, ¿por qué no lo recibiste?â Ahí lo tiene Ud.
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Me recuerda como en... Alguien me hizo la pregunta la otra noche tocante a Hebreos 10, de aquellos quienes voluntariamente han pecado, voluntariamente, y de renovarse ellos mismos para arrepentimiento. Bueno, no hay nada que quede para ellos, sino una horrenda expectación de juicio. âEl que viola la ley de Moisés, muere por el testimonio de dos o tres testigos. ¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare la Sangre de Jesucristo, y la tuviere por inmunda, e hiciere afrenta a las obras de gracia...â [El Hermano Branham junta y parafrasea Heb. 6:6 y Heb. 10:26-29âTrad.]. Yo dije: âUd. lea en Deuteronomio 14, en donde esos espías israelitas fueron con Caleb y Josué hasta la mera frontera, y ellos gustaron de las uvas que trajeron de la tierra. Pero cuando ellos regresaron, eran incrédulos y cobardes, dijeron: âOh, no podemos tomarla; es mucho para nosotros. Oh, (ellos parecían langostas), nosotros parecíamos, al lado de ellos. Las ciudades están todas amuralladas. No podemos tomarlaâ. Pero Caleb los aquietó, y Josué, dijeron: âNosotros podemos tomarla. Somos más que poderosos. Aunque seamos la minoría, sin embargo nosotros podemos tomarlaâ. ¿Por qué? Esos espías estaban mirando las condiciones, el precio que tendrían que pagar; pero Caleb y Josué estaban mirando a una promesa de Dios. Dios dijo: âYo les he dado esa tierra, vayan y poséanlaââ.
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¡Gloria! El Espíritu Santo es para cualquiera que es llamado a esta Cena del Cordero. A mí no me interesa qué precio Uds. tengan que pagar, ¡vayan y recíbanlo! Dios dijo que es de Uds. Si Uds. no lo reciben, entonces El les va a preguntar: â¿Por qué Uds. no lo recibieron? ¿Por qué? Estaba allí para Uds.â Si ellos no poseyeron la tierra, ¿por qué? âHabían muchos contra nosotrosâ. El dijo: âBueno, Dios dijo: âSi Yo estoy por vosotros, ¿quién pudiera estar contra vosotros?ââ Ahí está. ¿Cuál es el problema? Hay algo mal con el individuo. Ahora, ahora, fíjense. El dijo: âMuchos....â
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Uds. tomen por ejemplo a un ministro joven que siente el llamamiento de Dios en su corazón. El se arrepiente de sus pecados, va a la escuela y obtiene su educación, lo cual está bien. El regresa y quizás todavía fuma cigarrillos. Quizás él todavía tiene un espíritu lujurioso, y él dice: â¡Oh, yo no quiero eso, Señor, quítalo de mí!â El Espíritu de Dios viene y santifica su alma, y quita ese deseo de él. Luego él es llevado a la mera frontera, se sienta allí mismo en las reuniones, y observa la obra del Espíritu Santo, ve a otros ser sanados, los oye hablar en lenguas, y ve que se hacen señales y prodigios. Ellos se sientan alrededor y lo observan, pero tienen temor de tomar posesión de Ello. Ese es ese creyente fronterizo; ese es el hombre que si alguna vez recae, no hay más remisión para él. Se para aquí arriba, y aun mira al otro lado hacia la tierra; âquien ha recibido el conocimiento de la verdadâ, tenía un conocimiento de la verdad, supo que eso era correcto, pero debido al prestigio: âBueno, si yo hago esto, causará eso. Y si yo acepto eso, causará estoâ. ¿Ven? Ellos lo rehúsan, se apartan de Ello. Y él dijo: âY tuviera por inmunda la Sangre del Pacto en la cual fue santificadoâ, hasta allí de lejos como para subirlo a un peldaño para mirar hacia el otro lado, y tener un conocimiento de Ello. El fue salvo y santificado, pero cuando llega aquí arriba a mirar hacia el otro lado para recibir el Espíritu Santo, ese nuevo nacimiento, él no quiere nada que ver con Ello. El dirá: âOh, me supongo que está bien para esa clase de gente, pero para mí, oh, está bien, pero yo lo aceptaré algún díaâ. Ahora, allí está el problema. Ese hombre está enfermo y no quiere tomarse la medicina del doctor.
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¡Oh, hermanos!, me recuerda cuando mi mamá nos daba aceite de castor. Nosotros fuimos criados en el campo, y tomaba las pieles de la carne y las cocinaba en un viejo... mejor dicho, las dejaba escurrir en un viejo sartén, y hacía el pan con eso. Comíamos pan de maíz y guisantes; yo no sé si todos Uds. saben lo que eso es o no. ¿Cuántos sureños aquí han comido eso? ¿Nabos? ¡Oh, qué cosa! Si yo tuviera una cama de paja en esta noche para dormir en ella, entonces me sintiera como en casa. Fíjense: y ellos tomaban y hacían eso, y cada sábado en la noche, todos nosotros pequeñitos, teníamos que bañarnos. Como unos ocho o nueve de nosotros pequeños Branhams parados, y yo era el mayor, así que a mí me tocaba bañarme al último, con la misma agua que usaba el primero; sólo echaba un poquito más de la olla vieja en una vieja tina de madera. Y luegoâ luego cada uno de nosotros que íbamos a la escuela, teníamos que tomar una dosis de aceite de castor, para que nos sintiéramos bien para la escuela el lunes en la mañana, nuestros sistemas completamente... de esa comida que habíamos comido. Y yo tengo... yo aún no puedo soportar el olor de esa cosa. Y yo... cada vez que me tocaba, yo me tapaba mi nariz, yo decía: âMamá...â Yo era el mayor; yo tenía que tomarla primero. Yo decía: âOh mamá, me da náuseas; simplemente no puedo hacerlo. Yo....â Y ella decía: âSi no te hace que te sientas enfermo, no te hace nada de bienâ.
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De la misma manera es respecto a predicar el Evangelio: si no los conmueve como para hacer que Uds. se sientan lo suficientemente enfermos, no les hará bien. Es una prescripción del Doctor. Es lo que el Doctor ordenó. Tápense su nariz y tómenla; esa es la mejor cosa. Les quitará de Uds. lo almidonado; hará eso. Los humillará. Los hará que Uds. hagan cosas que no pensaban que las harían. Pueda que los haga que se ensucien un poco, pero de cierto los arreglará. Correcto. ¡Oh, si una persona...! Cómo responderá Ud. a Dios cuando El le pregunte: â¿Por qué no lo hiciste? ¿Por qué no lo recibiste?â Me imagino ver a la virgen María... lo digo para algunos de Uds. gente Católica. Fue una dosis algo amarga para ella después de dar a luz al Hijo de Dios. Pero sin embargo, antes que ella pudiera ir al Cielo, ella tuvo que subir esa pequeña escalera de afuera que conducía al aposento alto, y quedarse allí hasta que ella estuvo tan llena del Espíritu Santo, que la hizo que se tambaleara como si estuviera borracha. Y si Dios hizo que María hiciera eso antes de que entrara, ¿cómo va a entrar Ud. con algo menos que eso? Dios va a decir: â¿Por qué no lo hiciste?â A Ud. se le va a pedir que dé una razón. â¿Por qué no lo hiciste?â Piensen en eso. Pero Dios va a preguntar: â¿Por qué?â Y Ud. tendrá que dar una razón por qué. ¿Qué va a decir Ud. al respecto? â¿Por qué? ¿Por qué no lo hiciste?â
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El doctor le da una medicina, dice: â¿Por qué no se la tomó Ud.?â Al día siguiente su fiebre estaba alta: â¿Por qué no se la tomó Ud.? ¿Por qué Ud. no lo hizo? ¿Cómo puedo yo curarlo, a menos que Ud. se tome mi medicina?â ¿Cómo puede Dios salvarlo, a menos que Ud. se tome Su medicina? ¿Cómo puede El sanarlo, a menos que Ud. se tome la medicina? Como dije: âEl problema del corazón no es el número uno, el problema del pecado esâ. ¿Y qué es pecado? Pecado no es fumar cigarrillos; pecado no es cometer adulterio; pecado no es beber, jurar. Esos son los atributos del pecado. Unicamente hay un solo pecado: ese es incredulidad. Cualquier hombre, si él vive tan santo, y piadoso, y tan bueno como puede ser, y sin embargo dice que los días de los milagros han pasado, y niega que la Escritura dice: âJesucristo es el mismo ayer, hoy, y por los siglosâ, ese hombre es un pecador, porque él es un incrédulo.
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Esos fariseos eran sencillamente tan santos como podían ser. Las tradiciones de los ancianos, ellos las guardaron. Limpios, rectos, admirables, bien educados, y Jesús dijo: âVosotros sois de vuestro padre el diabloâ. El era el Mesías. El fue el que demostró el poder del Dios Viviente, y cumplió las Escrituras que fueron habladas de El, y entonces se les preguntó a ellos: â¿Por qué?â Porque sus ancianos dijeron, sus ancianos lo dijeron. Pero Jesús había cumplido la Escritura. Así será algún día, cuando a ellos se les pregunte por qué no recibieron el Espíritu Santo. La iglesia está aquí; los predicadores están aquí; el poder de Dios está aquí; Cristo está aquí; las señales y prodigios que El prometió en el último día están aquí. Y a nosotros se nos va a preguntar: â¿Por qué no recibieron el Espíritu Santo?â
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¿Por qué? Dios abrió un camino. Entonces, ¿por qué no lo reciben Uds.? Ahora, Uds. como que pudieran darle como una arregladita a esta proposición de la medicina. Uds. como que pudieran dudar tocante a eso, porque ayuda a algunos y mata a otros. No es muy exacta, porque el cuerpo de cada persona no es como el de un conejillo de Indias, y todos somos diferentes uno del otro. Yo quiero hablar sobre eso en esta semana, si puedo. Cómo es que uno trata de imitar al otro. Ud. no puede hacer eso. Dios no hizo a dos personas idénticas. Condúzcase Ud. simplemente de la manera que el Espíritu Santo lo guíe. Nosotros pudiéramos tomar los millones que hay en el mundo, y dos de ellos no tienen la huella del pulgar idéntica. Correcto. Dios los hizo diferente. El es un Dios de variedad. El los hizo diferente. Y no trate de imitar al otro hombre; Ud. haga lo que Dios le dice a Ud. que haga, y quédese con eso, porque no hay ninguno en el Cielo, o en la tierra, que pueda tomar su lugar. Dios lo hizo a Ud. para un propósito. Quédese con eso.
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Ahora, nos damos cuenta que esta medicina, cuando ellos inoculan a este conejillo de Indias, ese fue un animal que ellos inocularon, y luego le dan el suero a un ser humano. No es muy segura; esa inoculación pudiera no surtir efecto en Ud. Pero yo diré una cosa: que la Inoculación de Dios surtirá efecto en Ud. Es perfecta. ¿Por qué? Hubo una muestra de ello que fue dada por medio de la sangre de toros y de machos cabríos, y de ovejas, y así sucesivamente, hasta que vino elâel Suero verdadero. No era de mucho valor, porque era de animales. Pero un día vino la Cosa más Santa del Cielo, el Hijo de Dios. El no era judío, ni era gentil; El era Dios; ni judío, ni gentil. Así que su descendencia racial no significa nada.
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Todos nosotros sabemos que el torrente sanguíneo proviene del sexo masculino. El germen de vida proviene por medio delâdel varón. Y en este caso, María tenía elâel óvulo, pero el germen, la célula de Sangre, provino de Dios el Creador quien lo hizo. Así que Uds. no pueden decir que Jesús era un judío; no lo era. El era Dios. Así que entonces, Dios, el gran Espíritu Santo, le hizo sombra a la virgen, y creó una célula de Sangre, sin algún deseo sexual en ello en lo absoluto, sino Santo. Y esa célula se formó ahí adentro, y dio a luz al Hijo de Dios. Y debido a ese nacimiento virginal, y a ese sufrimiento vicario, y la muerte en el Calvario, por medio de la Sangre derramada, da a luz a una Iglesia santificada, para llenarla con el Espíritu que la creó. ¡Amén! Eso es. Ese es el Evangelio. Uds. van a llamarme un âsanto rodadorâ de todas maneras, así que vale más que empiecen ahorita. Correcto. ¡Oh!, ânada sino la Sangre de Jesús. ¡Oh!, precioso es ese torrente que me hace blanco como la nieve. Yo no sé de otra fuente, nada sino la Sangre de Jesúsâ. Eso es. â¿Qué es lo que puede lavar mis pecados? Nada sino la Sangre de Jesús. ¿Qué es lo que me puede hacer puro otra vez? Nada sino la Sangre de Jesús. ¡Oh!, precioso es ese torrente....â
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¿Qué me sanó? La Sangre de Jesús. ¿Qué me salvó? La Sangre de Jesús. Eso es toda mi esperanza y tema; eso es todo mi clamor; eso es todo mi ruego: nada sino la Sangre de Jesús. Ahora, esa es la aplicación de Dios. Los hace a Uds. una persona diferente. Uds. nacen de nuevo. Ahora, cuando Dios estaba listo para probar Su toxina, Su Bálsamo... El Bálsamo es la... El dijo: â¿No hay bálsamo en Galaad? ¿No hay allí médico? ¿Por qué, pues, por qué no hubo medicina para la hija de Mi pueblo? ¿Por qué todavía está ella en esta condición? ¿No hay bálsamo? ¿No hay médico? ¿Nadie que le ayude? ¿Nadie que le diga a ella la Verdad? ¿Nadie que le dé a ella la medicina correcta? ¿Por qué está ella enferma de esta manera?â
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Me pregunto qué es lo que Dios va a decir en el Día del Juicio, si continuamos nosotros mismos separándonos unos de los otros. ¿Qué es lo que pasa con el Bálsamo? ¿Qué es lo que pasa con el poder de Dios, con Jesucristo? El dijo: âEn esto conocerán todos que sois Mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otrosâ. ¿Qué vamos a hacer nosotros con eso? ¿No hay Bálsamo aquí? ¿Hayâ hay...? ¿Quéâqué es lo que pasa con nosotros? ¿Por qué nosotros... por qué todavía está enferma la iglesia? No es porque no hay suficiente Bálsamo como para juntarnos. No es porque no hay un Médico, el Espíritu Santo. Sino lo que es, es porque lo rechazamos voluntariamente. Esa es la razón.
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Ahora, fíjense otra vez. Cuando ese Bálsamo estaba... Bálsamo, yo le llamaré Toxina. Cuando esa Toxina fue probada, Dios nunca se la dio a un conejillo de Indias. El se la dio a Su Hijo, a Jesucristo, en la ribera del Jordán. Durante la vida, surtió efecto, y unos cuantos minutos... unos cuantos días después de que Dios le diera la Toxina a Su propio Hijo, a Su propia carne. âDios se hizo carne y habitó entre nosotrosâ. Alguna gente llama a Jesús sólo un filósofo, sólo un hombre ordinario, sólo un profeta. El era más que un filósofo; El era más que un profeta; El era más que un hombre; El era Dios manifestado en carne, nacido de virgen. El Espíritu Santo, el Espíritu le hizo sombra a María y dio a luz un Tabernáculo, un cuerpo de un hombre quien era el Hijo de Dios, en el que Dios habitó, reconciliando Consigo al mundo. El miraba como Dios; El actuaba como Dios; El hablaba como Dios; El sanaba como Dios; El era Dios hecho manifiesto en la carne. El era más que un hombre. El era Dios manifestado en la carne.
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Y esa muerte trató de anclar profundo su aguijón en esa pequeña... esa carne allí; él allí mismo se dio cuenta que había algo diferente en comparación a cualquier otro que él había aguijoneado. El podía aguijonear a un profeta, y moría. El aguijoneaba a un profeta, y luego él aguijoneaba a otro. Pero cuando él aguijoneó allí a ese Hijo de Dios, ancló ese aguijón y lo sacó de él. Hoy en día, la muerte no tiene ningún aguijón, porque la carne de Dios atrapó el aguijón y lo sacó de él. El diablo no supo que ése era El. El... Todo el tiempo decía: âSi Tú eres el Hijo de Dios, haz esto. Si Tú eres el Hijo de Dios, haz estoâ. Le cubrió Su rostro... Y El veía esas visiones y demás. El diablo hizo que su agente le cubriera el rostro a El de esa manera, y que lo golpeara en la cabeza, y dijo: âAhora, si Tú eres el Hijo de Dios dinos quién te golpeóâ. ¿Ven? Jesús se guardó eso para Consigo. Pero El quería que ese diablo le anclara ese aguijón, y luego El se lo sacaría. Oh, pero cuando él lo aguijoneó a El allí en el Calvario, él lo perdió, y ya no tiene más aguijón. El puede zumbar, y hacer poco ruido, y hacer mucho ruido, pero su aguijón está allá. ¡Aleluya! Está anclado en el Calvario. Con razón Pablo podía decir: â¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristoâ. ¡Oh, hermanos!
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Cuando Dios estaba listo para probar Su toxina, El inoculó a Su propio Hijo. Cuando ellos le arrancaron un puñado de barba de Su rostro y [el Hermano Branham hace un ruido como alguien escupiendoâEd.] en Su mero rostro, El les volvió la otra mejilla a ellos. Me pregunto si nosotros hemos sido inoculados de esa manera. Cuando el diablo lo probó a El, dijo: âOye, Tú eres un obrador de milagros. Déjame verte sanar a este aquí, déjame verte hacer estoâ. ¿Qué haríamos nosotros si tuviéramos el poder? Nos voltearíamos y probablemente lo haríamos, y diríamos: â¿Ves?, te dije que yo podía hacerloâ. Pero El estaba inoculado; surtió efecto. El hizo únicamente lo que el Padre le dijo que hiciera. Si se nos diera tanto así de poder, me pregunto si pusiéramos nuestrosâ nuestros pulgares en el bolsillo de nuestro chaleco, y dijéramos: âMiren, entiendan todos Uds. aquí, ¿ven Uds.?, Uds. tienen que venirse a mi denominación, porque yo soy el que lo tieneâ. ¿Ven? ¿Qué de El? El estaba inoculado. ¿Qué dijo El? âYo no puedo hacer nada hasta que el Padre me lo muestra. De cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada por Sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre, eso hace el Hijoâ. La Inoculación surtió efecto.
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Cuando El fue al Calvario, surtió efecto. Cuando El fue a la muerte, surtió efecto. Dios probó que esa Inoculación los guardaría a Uds. del pecado. No únicamente eso, sino que en la mañana de la Pascua, (¡bendito sea el Nombre del Señor!), la Inoculación surtió efecto. Después que El estuvo muerto por tres días, y Su cuerpo en el sepulcro, la Inoculación surtió efecto; El se levantó de la sepultura en la mañana de la Pascua por medio de esa Inoculación. Toda la gente empezó a mirar alrededor y a decir: âPara mí esa Inoculación me parece bienâ. El verdadero creyente. Así que El dijo: âLes diré qué vamos a hacerâ.
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Nos damos cuenta que había uno que venía de Emaús, dos de ellos en el camino; un Hombre salió, caminó a lo largo, habló con ellos todo el día, se sentó, actuó como que El iba a seguir el camino, y El hizo algo exactamente igual a lo que había hecho antes de Su crucifixión, antes de Su muerte; ellos supieron que ése era el Señor que había resucitado. âOhâ, dijeron: â¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras hablábamos con El en el camino?â Lo encontramos a El haciendo cosas exactamente igual a lo que había hecho antes de Su resurrección, antes que El muriera, quise decir. Encontramos que después de Su resurrección, El actuó e hizo exactamente lo mismo que El había hecho antes. Ellos sabían que El era la Resurrección y la Vida. El es el Unico, el Unico. No hay iglesia; no hay ministro; no hay profeta; no hayâno hay nada que tenga Vida Eterna sino Jesucristo, y El es el único Dador de Vida Eterna. âNinguno puede venir al Padre, sino por Míâ, dijo Jesús. Amén.
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¿Cómo lo van a encontrar Uds. a El en credos de iglesia? ¿Cómo lo van a encontrar Uds. a El en denominaciones? ¿Cómo lo van a encontrar Uds. a El en saludos de manos y en rociamientos? Uds. saben bien que no es eso. Tienen que nacer de nuevo. âVenid a Mí todos los que estáis trabajados y cargados, y Yo os haré descansarâ. Ningún otro. Luego nos preguntará: â¿Por qué?â Luego, ciento veinte de ellos llegaron a ser candidatos para Esto. El tomó a ciento veinte judíos cobarditos, después de que ellos vieron todo esto suceder. Ellos habían visto Sus milagros. Ellos habían visto que la Inoculación surtió efecto en El. Ellos habían visto que cuando El fue provocado a cólera, El no contestó encolerizado. Ellos vieron Su dulzura y mansedumbre. Ellos vieron Su poder para sanar. Ellos vieron Su poder para levantarse de la sepultura. Y con todo eso, ellos todavía eran cobardes. El Suero estaba allí, pero ellos todavía no lo habían recibido. Ellos subieron al piso de arriba y se encerraron ellos mismos en un cuarto con una vieja candela, una lámpara de aceite ardiendo allí, por diez días y noches, esperando que llegara el Doctor. ¡Oh! De repente ellos oyeron el sonido como de un viento recio que soplaba. Aquí vino la Inoculación, y El inoculó a ciento veinte. Hermano, ellos entraron casi en un paroxismo cuando El los inoculó. Bueno, salieron con toda clase de alboroto: ellos brincaron y danzaron, y hablaron en lenguas, y corrieron por las calles, pero ellos estaban inoculados. Eso es a lo que ellos le tienen miedo; Uds. le tienen miedo al Suero. Los hará a Uds. actuar raros, pero, ¡oh, hermanos!, ¡qué sentir!, ¡qué seguridad le da a uno cuando uno está inoculado! âEl que no naciere de nuevo, no puede aun ver el Reino de Diosâ.
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Muchos no lo entienden; Uds. piensan que la gente está loca, hasta que en alguna ocasión Uds. entran en Ello. ¿Han visto Uds. alguna vez a un hombre borracho con opio? Bueno, él puede tomar el opio, fumar una pipa de opio, y a mí no me interesa cuán enfermo esté él, o lo que sea al respecto, todo el mundo entero sencillamente es de él, eso es todo. Ahora, eso es del mundo, el opio del doctor; pero Dios tiene un opio. ¿Dónde obtienen Uds. el opio? Del lirio. El era el Lirio de los valles, y en el Calvario ellos sacaron el opio de El, machacándolo. Uds. ahora pueden obtener una Inoculación, en la que cada día está soleado. Amén. ¡Oh!, âéstos no están ebrios con mostoâ; ellos no están ebrios con bebidas fuertes, sino que ellos están ebrios con este nuevo Vino; el poder de Dios, el Espíritu Santo se derramó sobre ellos desde lo Alto. Esa es la manera. Uds. dicen: âPero, Hermano Branham, eso fue para esa gente alláâ. Oh, no, no, no, no. La gente de allá dijo: âVarones hermanos, ¿cómo nos inoculamos?â Ahora, ellos tenían a un doctor en el grupo. ¿Sabían Uds. eso? El Doctor Simón Pedro. Sí, señor. âOhâ, él dijo: âHay suficiente Bálsamo aquí. Yo soy el médico en estos momentos; denme su prescripciónâ. â¿Qué debemos hacer para ser salvos?â El dijo: âArrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el Nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque la promesa (la prescripción), es buena para vosotros, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare para ser inoculadosâ.
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Yo probé Su prescripción. Uds. pueden probar Su prescripción. Arrepiéntanse y bautícense, crean en el Señor Jesucristo, y vean si el Espíritu Santo no entra en Uds. ¿Cuánto durará esta prescripción? Nunca vayan Uds. a escribir ninguna teoría de algún hombre. Si lo hacen, Uds. van a meterse en problemas; Uds. todavía estarán en pecado. Pero tomen Uds. la teoría de El, la prescripción de El, la promesa. Ahora, ellos dicen: âOh, esa prescripción vieja fue para un tiempo muy allá en el pasadoâ. Oh, no. El Doctor Simón Pedro, el médico de Jesús que El envió... El le dijo: âYo te doy las llaves del Reino. Yo te daré elâYo te daré el recipiente en el que lo revuelvas, y sólo mezcla un poquito de arrepentimiento, y el bautismo en agua, y todas estas cosas, y mézclalos todos juntos, y date cuenta... toma una grande dosis de ello y date cuenta lo que resultaâ.
49
¡Oh, hermanos!, cuando menos piensan, ¡hablan Uds. tocante al vino nuevo!, cuando Uds. beben eso, algo les va a suceder a Uds. ¡Oh!, ellos estaban... Ellos salieron a todas partes predicando, el Señor obrando en ellos, confirmando las Palabras con las señales siguiendo. ¡Oh, cuán glorioso es saber! Dios va a preguntar en el Día del Juicio: â¿Por qué no te tomaste la prescripción? Está escrita aquí en la Biblia, aquí está la respuesta, aquí está el Espíritu Santoâ. El... Ud. va a decir: âBueno, Señor, yo pensé que era sólo....â âMi médico les dijo que era para vosotros y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos se enfermaranâ. Para cuantos se enfermaran; el Bálsamo sanador es para ellos. Hay un Bálsamo en Galaad para el alma enferma de pecado.
50
Escuchen amigos: estamos esparcidos. Uds. se unirán a las Asambleas, luego se unirán a los Unitarios, y luego Uds. se unirán a la Iglesia de Dios. Luego Uds. se irán a los Independientes, luego a los Metodistas, regresarán a los Bautistas, luego regresarán de nuevo adonde empezaron y siguen, y siguen, y siguen llevando su carta. Olvídenla. La cosa que Uds. necesitan, es una Inoculación. Entonces no importa en qué iglesia estén Uds., Uds. están inoculados. Uds. han nacido en la Iglesia del Dios Viviente. Los Pentecostales tienen a muchos que se alimentan de carroña. Eso es exactamente correcto. Todos ellos los tienen. Jesús tuvo uno entre los doce. Así que a nosotros no nos va a ir tan bien como a El le fue, estoy seguro. Nosotros... Seguro que tenemos imitadores, actores tratando de actuar algo que no tienen. Pero a la vez, hay algunos que lo tienen. Correcto. Si Uds. ven un dólar falso, muestra que fue hecho del verdadero.
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Escudriñe las Escrituras, amigo; el unirse a la iglesia no es suficiente. Ahora, unirse a la iglesia está bien. Yo creo que toda persona debería unirse a la iglesia. Yo creo absolutamente que toda persona debería pararse en su puesto del deber, y... cuando su pastor esté predicando allí, o evangelistas o alguien, yo pienso que ellos deberían pararse en su puesto del deber. Ellos deberían apoyar esa iglesia con todo lo que ellos tienen en ellos, con sus diezmos, con sus ofrendas: con cualquier cosa en la que ellos son llamados para que hagan; estén dispuestos y felices: Si su pastor les pide a Uds. que hagan algo en su iglesia, Uds. deberían hacerlo. Eso es bueno. Pero no permitan que esa sea la única cosa; primero sean inoculados. Eso es lo que yo les estoy tratando de decir: primero reciban el Espíritu Santo, luego el resto de ello marcha bien. Entonces Uds. pueden entrar en lo que Uds. deseen, cual sea la iglesia que Uds.... de su elección.
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Ahora, esta Biblia tiene los tesoros. Esta Biblia dice que âJesucristo es el mismo ayer, hoy, y por los siglosâ. Pedro dijo: âPara vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamareâ. Jesús dijo: âLas obras que Yo hago, vosotros las haréis tambiénâ. Jesús dijo: âComo fue en los días de Sodoma, así será en la Venida del Hijo del Hombreâ. Un ministerio obrando por medio de carne humana, como Uds. Uds. y yo juntos haremos las mismas cosas. Justo antes de la Venida de Cristo, esto estaría sucediendo. Todos los profetas hablaron de ello. Las Escrituras lo dicen claramente, y todo. No se mantengan a cierta distancia de Ello, y digan: âBueno, yo tengo dudasâ. Tomen la Biblia. Jesús dijo. âEscudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en Ellas tenéis la Vida Eterna; y Ellas son las que dan testimonio de Míâ. Así es como Uds. van a saber; escudriñad las Escrituras. ¿Es el Espíritu Santo para Uds.? ¿Es el Espíritu Santo para estas personas? ¿Es el Espíritu Santo para esta generación? La Biblia dice que sí es. ¿Es esta la generación en la queâen la que debían seguir las señales a los creyentes? Escudriñad las Escrituras; Ellas dicen que sería así. Ambas lluvias temprana y tardía serían derramadas en esta generación. âSí, bueno, ¿cuál generación?â La que ve a la higuera poner sus brotes allá, Israel retornando para ser una nación. Cuando todas estas cosas estuvieran sucediendo, entonces estas cosas estarían sucediendo en la Iglesia. ¡Aquí están!
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¡Oh!, Uds. lo tienen, amigos, y no lo saben. Uds.âUds. tienen la oportunidad. Uds. lo han oído ser predicado. ¿Cuántos aquí serían honestos conmigo, dirían: âHermano Branham, yo todavía no he recibido el Espíritu Santoâ?, levanten sus manos. Sean honestos. Sólo levanten sus manos, digan: âYo no he recibido el Espíritu Santoâ. Dios la bendiga, señora. Eso es. Dios lo bendiga. Eso es bueno. Dios lo bendiga. Muy bien. Dios lo bendiga. Eso es sinceridad. Ud. lo sabe. âTodavía no he recibido el Espíritu Santoâ. Bueno, Ud. puede. âPorque la promesa es para vosotrosâ. Ud. dice: âPero, Hermano Branham, yo soy Presbiterianoâ. A mí no me interesa lo que sea Ud., respecto a eso. Ud. es una criatura por la que Cristo murió, y la promesa es para toda generación, y para toda persona; el que quiera venir, que venga.
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[Porción no grabada en la cintaâEd.].... nada; ella había vendido su casa, y había vendido todo lo que tenía yây todos sus bienes, y estaba en inanición. Y así que, elâel distrito fue allá para investigar el caso. Ella todavía no tenía la edad suficiente como para sacar la pensión de ancianos, así que ellos fueron allá para investigar el caso. Y ellos... ella dijo... ellos dijeron: âBueno, señora, ¿tiene... no tiene Ud. algunos familiares?â Ella dijo: âSí, yo tengo un muchacho de lo más preciosoâ. âBuenoâ, dijeron: â¿En dónde está él?â Dijo: âEstá en la Indiaâ. âOh, allá en la India. ¿Qué es lo que él hace allá?â Dijo: âEl es un hombre de negocioâ. â¿Un hombre de negocio en la India?â Dijo: âSíâ, dijo, âél es un muchacho maravillosoâ. Dijo: âEl es un hombre de negocioâ. Y dijeron: â¿No le envía a Ud. alguna vez alguna ayuda?â Dijo: âNo, no me envíaâ. Dijeron: â¿No oye Ud. alguna vez de él?â Dijo: âYo todo el tiempo oigo de élâ. Y dijo: âEl me envía las fotografías más bonitas que alguna vez haya vistoâ. Pero dijo: âYoâyo... El nunca me envía nada de dineroâ. Y dijo: âEse pobre muchacho querido debe estar tan abrumado, que élâque élâque él sencillamente no sabe cómo... él no me puede enviar nada, porque está tan abrumado con su negocio; pero sin embargo, es un muchacho tan dulce. El me dice que está prosperando, yây qué tan bien está todo funcionandoâ. Y dijo: âPero yo sé que él no me envía nada de dinero, porque no puede proporcionarlo. Pero él me envía algunas fotografías de lo más bonitoâ. Y el hombre le dijo, dijo: âBueno, señora, ¿qué clase de fotografías son?â Ella dijo: âOh, no he perdido ni una de ellas. Yo las tengo cada una de ellasâ. Dijo: âYo las guardo en mi Bibliaâ.
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Y ella fue allá y sacó de la Biblia giros de la India, del banco, con valor de unos cien mil dólares. Ella no sabía lo que eran. Tenían fotografías bonitas en ellos, pero ella no sabía lo que eran. Ella era una mujer rica, y no lo sabía. Ella encontró sus tesoros en la Biblia. Y, hermano, permítame decirle algo a Ud. en esta noche. Esa mujer tenía cosas para comer, ropa para usar; ella era rica y no lo sabía. Y en esta noche, Uds. están ricos y no lo saben. Aquí en la Biblia, quizás escondidas de sus ojos, Dios ha escrito aquí promesas, que los hará ricos en espíritu, ricos en Vida. Oh, hará cosas para Uds. que no pensarían Uds. que alguna vez serían hechas. Ahora, ellas están aquí; ¿por qué no las buscan y las reclaman? Son suyas. âCada promesa en la Biblia es mía, cada capítulo, cada versículo, cada línea. Yo estoy confiando en Su amor Divino, pues cada promesa en la Biblia es míaâ. âEl que quiera, venga y beba de las fuentes de las aguas de Vida gratuitamenteâ. Entonces a nosotros se nos va a pedir una razón. ¿Entonces qué? Uds. han oído esa antigua alabanza. ¿Entonces qué? ¿Entonces qué? Cuando el último... es abierto, ¿entonces qué? Cuando los que rechazan el mensaje, Se les pedirá que den una razón, ¿entonces qué?
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Algún día la trompeta sonará por su última vez. La Biblia quedará cerrada en el púlpito. El imitador hará su último acto. El sol estará ocultándose en el oeste, y las armas serán puestas en el pabellón de fusiles por la última vez, y luego se nos pedirá que demos una razón de lo que hemos hecho con estos tesoros que han sido enviados a nosotros. Es un Libro de tesoros. Inclinemos nuestros rostros, mientras pensamos sobre ello.
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Nuestro Padre Celestial, las ri-... riquezas de Dios son enviadas a nosotros por medio de una Carta, un mensaje de la Biblia, que el Espíritu Santo fue ordenado de Dios, nuestro Padre, por medio de la Sangre de Su Hijo, Jesús, para traernos este mensaje. El es un verdadero Testigo de Cristo, pues está escrito: âCuando venga el Espíritu Santo, El os recordará estas cosasâ, de que aquí adentro (les recordará), Uds. tienen tesoros y riquezas indecibles, en las páginas de este Libro. No solamente eso, sino que âEl os hará saber las cosas que habrán de venirâ. Y las obras que Cristo hizo, El dijo que el Espíritu Santo las haría en nosotros. Estamos tan contentos de saber que estas cosas son verdad. Ahora, Tú dijiste, y ha sido escrito en la Biblia: âA todos los que creyeron en El, les dio potestad de ser hechos hijos e hijas de Diosâ.
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Ahora, yo pido en esta noche, Padre, que Tú les des potestad a estas personas, quienes no han recibido el Espíritu Santo o a aquellos aquí que aun no pudieran estar salvos, para que en esta noche acepten el mensaje que está en la Biblia; como Pedro dijo en el Día de Pentecostés: âPara vosotros es la promesa, y para vuestros hijosâ. âLa prescripciónâ, yo la llamé de esa manera, Padre. La prescripción sería buena para cada generación, y cada uno tendría derecho de recibirla.
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Ahora, Dios Padre, te pido que Tu gracia y Tu misericordia traiga a suceder y manifieste esta Palabra. Que cada una de estas personas reciban por lo que ellas han venido en esta noche. Que no haya una sola persona que salga de aquí que no sea sanada de su enfermedad, su padecimiento, del pecado de su alma, de su incredulidad, de su superstición; que regrese a su iglesia para ser un miembro mejor de esa iglesia que lo que antes era, que ella también pueda esparcir la Luz, de que hay Vida Eterna por medio del Nombre de Jesucristo. Concédelo, Padre. Amén. El gran Mé-.... [Una mujer en la congregación habla en lenguas, y otra mujer interpretaâ Ed.]. Ahora, ese mensaje que acaba de darse, fue para una cierta persona, no estaba hablando a la iglesia entera. Fue para una persona. Hay alguien... Ud.â Ud. lo sentirá; Ud. lo sabrá.
60
El Espíritu Santo está presente. Ahora, yo los aprecio a Uds., y cómo es que algunos de Uds.... Uds. han estado bajo una buena instrucción. Yo lo he notado muchas veces, cuando el Espíritu Santo daba un mensaje, algunas veces la gente sabe... Ud. se siente muy bien, y hay un mensaje en su corazón, pero, ¿ven cuán en orden ha estado eso cada noche? ¿Ven? Ellos nunca interrumpen el mensaje, porque si el mensaje en la plataforma está ungiendo, que ellos entonces guarden su paz. âLos espíritus de los profetas están sujetos al profetaâ. ¿Ven? Y luego, después que terminó el mensaje, ¿vieron Uds. al Espíritu hablar, y dar la interpretación? ¿Ven? ¿Ven? Es exactamente Escritural y en orden. De esa manera el Espíritu Santo, Dios, lo concedió que fuera.
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Ahora, alguien aquí siente el efecto de ese mensaje. Ahora, mientras Uds. están esperando solo un momento. Mientras yo... ¿Ven?, no hay... Yo sé que está correcto, y yo sí creo en los llamamientos al altar, la gente viniendo al frente y confesando y demás de esa manera. Pero en la Escritura está âa todos los que creyeron en Elâ. ¿Ven? A todos los que creyeron. Pudiera ser alguien aquí que ha estado buscando a medias el Espíritu Santo, andando de aquí para allá, o algún pecador que no conoce a Dios, y quizás sólo fue y lo intentó tres o cuatro veces, y no... sólo algo despreocupado. Ese mensaje está penetrando en su corazón en estos momentos, quienquiera que sea. Esta es la hora para Ud. Ahora, el Espíritu Santo dando Sus mensajes, haciendo la obra, haciendo las cosas que Dios ordenó que fueran hechas.
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Ahora, ¿cuántos aquí están enfermos y necesitados?, levanten sus manos, digan: âYo estoy necesitado. Levanto mis manos a Dios. Yo quiero ser sanado físicamente de mi enfermedadâ. Muy bien. El Señor los bendiga. Ahora, para que Uds. puedan saber ahora. Ahora, yo no lo siento aquí en esta noche, pero en muchas ocasiones yo lo he sentido, que la gente piensa que uno estaba adivinándoles los pensamientos de sus mentes, adivinando los pensamientos. Uno mira a alguien en la plataforma y le habla. ¿Ven? Pero cualquiera que conoce un solo principio de la adivinación de los pensamientos de la mente, sabe que eso está incorrecto. Cualquiera que sabe sicología, sabe que eso está incorrecto. ¿Ven? Ahora, recuerden que los dos espíritus son tan semejantes que engañarán a los escogidos... âDe la manera que Janes y Jambres resistieron a Moisésâ, esa es una percepción supersticiosa. ¿Ven? Ahora, pero Uds. se dan cuenta que tenemos muchas cosas sucediendo en el mundo hoy en día bajo el Nombre, pero hay.... ¿Ven Uds.?, nadie ha podido tomar la fotografía de un fantasma. No está allí. ¿Ven? Pero el Angel del Señor, ellos tienen la fotografía de El; Uds. la tienen aquí. Muchas, muchas veces, vez tras vez, y las cosas que Dios hace son perdurables. ¿Ven? Para que Uds. puedan saber que ése es el Espíritu de Dios.
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Ahora, la Biblia dice, (veámoslo ahora): âComo fue en los días de Sodomaâ, mantengámonos en eso. Por lo general es: âtocar Su mantoâ. Pensemosâpensemos esto: âSeñor, en esta noche por razón de la gente enferma, tomemos: âComo fue en los días de Sodomaâ, el Angel de Dios, que estaba en esa carne, dio una señal a Abraham que el tiempo estaba a la mano, que Sodoma, el mundo iba a ser destruidoâ. ¿Cuántos recuerdan la historia? Seguro que Uds. la recuerdan; en Génesis. Ahora, Jesús, allá en el Nuevo Testamento, dijo: âJustamente antes del tiempo del fin, la Venida del Hijo del Hombre, esa misma cosa ocurriría. Como fue en Sodoma, así será en la Venida del Hijo del Hombreâ. ¿Ven?
64
Ahora, yo quiero que Uds. gente enferma, allá... Ahora, yo sé que hay alguien sentado aquí en esta noche que yo conozco. Ese es el Hermano Williams sentado acá. Yây estos tres hombres sentados acá, yo los conozco; estos tres hombres de Arkansas, y... acá, estos tres hombres. Fuera de eso, el Hermano Gene Goad sentado acá; lo cual, él y el Hermano Leo; son mis asociados. Pero allá, hasta donde yo puedo ver... Es difícil (cualquiera de estos ministros les dirá a Uds.) aun reconocer a alguien allá, ¿ven?, desde aquí. Pero oremos y pidámosle al Señor que El nos ayude, y que permita que Su misericordia esté sobre nosotros. Ahora, las tarjetas de oración, nosotros no tenemos ninguna de ellas, porque están... Nosotros las recogimos, y ellos no... nosotros no... no hemos repartido... Y el viernes en la noche va a ser otra vez la fila de oración para todos. Vamos a repartir todo un montón de tarjetas de oración para cualquiera que las quiera; las llamaremos en una fila de oración como lo hicimos la otra noche. ¿Ven? Y de esa manera, oraremos por todos. Pero ahorita, Uds. no necesitan esa tarjeta de oración. Uds. no la necesitan. La única cosa que Uds. necesitan hacer, es tener fe que yo les he dicho la verdad.
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Dios... cuando El dijo en Samaria, cuando esta mujer recibió esta señal, ¿qué van a hacer ellos, si no la creyeron? ¿Qué van a hacer los judíos cuando Natanael dijo: âTú eres el Hijo de Dios, el Rey de Israelâ? El dijo: â¿Porque te dije en dónde estabas, o le dije a Pedro quién era él y demás, crees?â ¿Ven? âEntonces cosas mayores que estas verásâ. Y Uds. quienes creen Su mensaje, y Su Espíritu hoy en día, verán una cosa mayor, porque Uds. verán algún día una resurrección, y verán al Señor Jesús.
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Ahora, yo voy a volver mi espalda a Uds., mientras oran. Yo le voy a hablar al Hermano duPlessis. Yo sólo quiero... eso está bien, Uds. están...?... Uds. tuvieron hoy una buena reunión allá. Miro al Hermano McAnally sentado allá atrás; un antiguo amigo. Hay... yo soy... A Uds. ministros yo quiero decirles: en estos momentos (Uds. observen), alguien en esta audiencia se está poniendo en contacto con el Espíritu Santo, detrás de mí. Aquí atrás. Para que Uds. sepan... Ahora, yo quiero que toda persona enferma esté orando. Cada uno de Uds. que está enfermo, orando. Ahora, yo puedo... yo siento, en mi propia hechura que al Espíritu Santo, alguien lo está tocando. Sí, ahora hay muchos de ellos.
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Hay una mujer sentada en esta dirección, aquí, por aquí, que acaba de ponerse en contacto con el Espíritu Santo. Ella está sufriendo de un problema del corazón. Ella está sentada allá. Ella está teniendo problema tomando sal en su comida y cosas. Si cree Ud. con todo su corazón, señora, póngase de pie. Eso es verdad, ¿no lo es? Ahora, todo se terminó ahora. Ud. puede irse a casa, sea sana. Díganme qué tocó ella. ¿Qué tocó ella? El Espíritu Santo. ¿Creen Uds. ahora? Si puedes creer. Yo volveré otra vez mi espalda hacia la audiencia. Uds. oren. Así que, ¿ve, hermano?, Ud. no tiene que estar mirando a la gente. Parada aquí ahora, yo veo a una mujer; ella está orando. Ella está usando lentes, y ella está orando por sus ojos. Sí, porque se le están debilitando. Acá está ella sentada acá. Acá atrás, usando lentes. Ella ya ha sido sanada antes en mis reuniones. Correcto. Correcto. Ahora, Ud.... Eso es verdad; eso es por lo que Ud. estaba orando. Muy bien. Ahora, Ud. puede irse a casa; crea con todo su corazón, y sea sana.
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Ahora, yo miro en esta dirección. Hay un hombre sentado aquí orando, pero no es ese hombre. Hay otro hombre parado aquí delante de mí... El no... Yo puedo verlo, él tiene un problema bronquial. El está sentado allá muy atrás, con una camisa puesta que se mira algo rojiza, orando. Sí, señor. Ahora, ¿cree Ud. ahora en el Señor Jesucristo? Ud. debería. Muy bien, Ud. puede irse a casa, y ser sano ahora, señor. Su fe lo sana. Tengan fe en Dios. Esa señora sentada aquí, también ha tenido la misma cosa, problema bronquial y demás, sentada aquí. ¿Sra. Metsine?, ¿o algo así? Ud. quiere... ¿cree Ud.? Ese es su nombre. Muy bien, póngase de pie. Yo no la conozco a Ud., ¿la conozco? Correcto. Si ésa es Ud., ése es su problema. Su fe la ha sanado. Váyase a casa.
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¿Creen Uds. con todo su corazón? ¿Qué de alguien ahora allá atrás en esta dirección? Uds. oren. Padre, este eres Tú... tienes que ser Tú, porque el Angel del Señor, El tenía Su espalda vuelta hacia la tienda. Sépase que Tú todavía eres el mismo Dios, que ellos puedan tocarte exactamente... Tú sabes todas las cosas. Yo estoy mirando a un hombre, y él es... me parece que él es latino. Y él tiene algo mal con su lado; él tiene un veneno en su cuerpo que él adquirió en un trabajo que él está haciendo. El también está... él tiene un mensaje en su corazón o algo en su corazón. El quiere predicar. Su simpatía es por los enfermos y afligidos, especialmente en los hospitales. Su nombre es el Sr. Lee. Si Ud. lo cree con todo su corazón, Sr. Lee... Ahí lo tiene Ud. Jesucristo le da lo que Ud. pide. ¿Ven?, ¿ven? Yo no lo conozco a Ud., ¿es correcto eso, señor? Yo soy un desconocido para Ud. Correcto. Váyase ahora y reciba lo que Ud. pide. Jesucristo lo sana.
70
Por todo el edificio, ¿creen Uds. que Su Presencia está aquí? ¿Creen Uds. al Angel del Señor? Ahora, ahí está la Palabra, ahí está la promesa, ahí está la reacción de ello, ahí está la promesa cumplida. Ahora, ¿cuántos quieren ser salvos y llenos con el Espíritu Santo?, vengan y párense aquí, sólo por un momento ahorita. Si Uds. realmente están interesados y quieren el Espíritu Santo, y quieren ser salvos, vengan aquí al frente ahorita, y párense alrededor del altar. Dios los bendiga. Vengan al frente, si Uds. quieren venir; no me interesa quiénes sean Uds., sólo vengan aquí al frente. Este es el momento para hacer las cosas bien. Luego oraremos por los enfermos, por el resto de ellos, de la misma manera; pero me sentí advertido por el Espíritu: âEs suficienteâ. Si... Fueron por lo menos tres, ¿no fueron? O fueron más que tres, ¿no fue así? Tres es una confirmación. De esa manera me gusta ver a la gente venir: sin llamamiento al altar, Uds. saben, sinâsin cantar, sin nada, sólo levantarse y decir: âYo estoyâyo estoy consciente de que Dios está presente. Yo vengo. Yo vengo porque estoyâestoy consciente de la Presencia de Dios. Yo quiero estar bien. A míâa míâa mí se me va a pedir una razón algún día, y yo vengo ahora a confesar mi fe en Dios, y creo que yo lo voy a recibir en estos momentosâ.
71
No duden. No tengan una sola duda ahorita. Si Uds. dudan un poquito que Uds. no van a recibir por lo que Uds. vienen, no les hará ni una pizca de bien, ¿ven? Uds. tienen que venir creyendo. Pero en estos momentos, en la Presencia de Dios, en la Presencia del Espíritu Santo que está aquí para confirmar la Palabra, vengan, debido a que Uds. saben que El está aquí, y Uds. saben que El les dará el deseo de su corazón. Esa es la razón por la cual El está aquí: para darles el deseo de su corazón. ¿Vendrán Uds.? Eso es bueno. Eso está bien. Correcto. Yo voy a esperar un momento más, para ver lo que el Espíritu Santo hará, todo lo que El llamará. ¿Ven? Me parece, amigo, que si Ud. estuviera aquí con una pizca de duda.... Ahora recuerden: yo voy a mirarlos a Uds., y Uds. me van a mirar a mí un día por última vez. Y la siguiente vez que Uds. me vean, y yo los vea a Uds., será en la Presencia de Dios; entonces nunca habrá otra oportunidad. Uds. únicamente tienen una; esta es esa. Y si Uds. tienen una pizca de duda acerca de su experiencia, o si Uds. no son Cristianos en lo absoluto, o Uds. están dudando su experiencia, ¿por qué no vienen ahorita? ¿Ven? Si el enemigo, (como hablé anoche: las muchas voces), si el enemigo está tratando de decir: âTú estás muy cansado. Oh, yo no lo recibiréâ. Díganle que él es un mentiroso. Díganle que Uds. lo van a recibir en esta noche: âY yo vengo y voy a... yo voy a estar determinado a recibirlo en esta nocheâ. Esa es la manera de hacerlo.
72
Ahora, ¿cuántos ministros del Evangelio completo están aquí, o un Presbiteriano, un Bautista, o lo que Ud. sea, que crea que la gente puede recibir el Bautismo del Espíritu Santo hoy en día, igual que ellos lo recibieron allá, y que la prescripción es para ellos?, levanten su mano. Ministros, yo sé que Uds. están interesados en almas. Vengan y párense por aquí con ellos ahorita, para que Uds. puedan ayudar a poner manos sobre ellos. Vengan al frente. Párense aquí, y pongan manos sobre ellos. Eso es bueno. Ahora, ¿qué les dije? ¿No hay Bálsamo en Galaad? Seguro que sí. ¿No hay médico allí? Miren a los médicos viniendo. Estos médicos de la Palabra, ellos ciertamente lo creen. Mírenlos. ¿No es eso maravilloso? Miren a los ministros, aquí en este grupito de gente de trescientas o cuatrocientas personas aquí en esta noche; miren a los ministros: veinte, treinta, cuarenta ministros parados aquí, ministros quienes lo creen. Ahora, Uds.âUds. doctores de las Escrituras: ¿escri-... prescriben Uds. la prescripción que fue dada en el Día de Pentecostés? ¿Prescriben Uds. eso? Seguro que sí. Es una doble cura, doble cura. Roca de la Eternidad, ábrete para mí (vengan aquí al frente...?...), Déjame esconderme en Ti... [El Hermano Branham tarareaâEd.]. Del pecado sé la doble cura... [El Hermano Branham tarareaâEd.]. Con nuestros rostros inclinados ahora, solemnemente. ... de la Eternidad, ábrete para mí....
73
Oh, en la hora de su muerte, en la hora de su muerte, ¡cómo anhela oír eso! âQue el agua y la sangre, suplan de Tus heridas que fluyen, del pecado sé la doble cura, sálvame de la ira y házme puroâ. Uds. están ahora aquí para morir. De la única manera que Uds. pueden nacer de nuevo, es primero morir, para que Uds. puedan nacer de nuevo. Vamos a orar por Uds....?....
74
Ahora, nuestro Padre Celestial, yo te traigo a Ti estas personas dulcemente y humildemente en el Nombre de Tu Hijo, el Señor Jesús, para estar seguro que mi oración es ofrecida para ellos. Para estar seguro que yo he hecho todo lo que sé hacer, para que ellos te reciban, siendo que Tú has sido tan bueno como para tomar a estos, nuestros cuerpos viejos y frágiles, y permitir que el Espíritu Santo hable por medio de ellos, ciertamente se requiere la gracia santificante de Dios para hacerlo, porque nosotros somos pecadores, y no hay nada bueno en nosotros en lo absoluto. Pero el Espíritu Santo ha tomado la Sangre de Jesús y ha limpiado nuestros corazones y ha santificado nuestros labios, como Tú lo hiciste con el profeta en el altar. Y ahora, la Palabra de Dios, la Palara hablada de Dios, fluye para vindicar Su Presencia a esta generación antes que pase a la eternidad para dar cuenta. Muchos han venido en esta noche alrededor de este altar para recibir el Espíritu Santo. Dios Padre, pedimos que ninguno de ellos se vaya de aquí hasta que sea lleno con el Espíritu Santo. Que ellos sean llenos, cada uno de ellos, con el poder y la resurrección de Cristo. Concédelo, Señor. Y que los enfermos y los afligidos aquí, sean sanados. Sea lo que sea que esté mal con los enfermos y los afligidos, que el poder de Dios venga y sane a cada uno de ellos. Yo ofrezco esta oración sinceramente a Ti, con todo mi corazón. En el Nombre de Jesús, y para Su gloria.
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Yoâyo quiero que los ministros se acerquen más ahora, poniendo manos sobre ellos. Ahora, hermanos... Hermano David, y Uds. hermanos, vengan aquí alrededor del altar. Ahora, no hay necesidad de sólo jugar con esto; no hay ni una pizca de necesidad de eso. Uds. están aquí para recibir el Espíritu Santo. ¿Lo están? ¿Lo quieren Uds., realmente lo quieren? Bueno ahora, es para Uds. Muy bien, si Uds. nunca han recibido el bautismo Cristiano, ¿le prometerán a Dios que serán bautizados si Uds. no lo han hecho? ¿Le prometerán a Dios que Uds. lo dejarán a El simplemente usarlos de cualquier manera, no importa lo que venga o vaya, Uds. tomarán Su Palabra en ello? Ahora, ¿cuántos creyentes hay en el edificio, que ellos van a recibir el Espíritu Santo?, levanten su mano; si Uds. creen que ellos lo van a recibir, levanten su mano.
76
Ahora, yo voy a pedirle aquí al pastor, que dirija esta oración, porque él probablemente ha estado en Pentecostalismo mucho más tiempo que yo he estado. Y quiero que cada uno de Uds. pastores aquí, Uds. predicadores, evangelistas, lo que Uds. sean, Uds. miembros, que todos nosotros oremos unánimes, mientras el hermano nos dirige. Y yo quiero que cada uno de Uds. ore ahora. Yo quiero que Uds. oren, y crean que lo van a recibir ahora. Muy bien. Inclinemos nuestros rostros. [El hermano ora, y el Hermano Branham habla mientras él ora. El hermano dice: âPadre Celestial,â] Oh, Dios. [âcuando llegó el Día de Pentecostés, y estaban todos unánimes,â] Sí, Señor. [âel Espíritu Santo vino de repente y bautizó a aquellos que estaban esperando en Tiâ]. Sí. [âPadre, que esto sea nuestro...?...â]. Llénalos con el Espíritu Santo ahorita. [âQue este sea el momento cuando somos llenos con el Espíritu Santoâ]. Concédelo, Señor. [âOh, Dios, nosotros necesitamos hoy en díaâ,] Ven, Señor. [âel poder del Espíritu como nunca antesâ], Sí. [âpara combatir los poderes de la edad,â] Concédelo, Señor. [âlos espíritus de la edad. Esperamos delante de Ti, ¡oh, Dios! Escudriña nuestros corazones en Tu Presenciaâ]. Derrama Tu Espíritu, Señor. [âBusca eso, que podamos estar unánimes en una misma mente, en una misma fe...ââEd.]. Que el Bálsamo de Galaad sea derramado.